Maratonianas negociaciones entre Rusia y EE.UU. para una tregua en Ucrania
El Kremlin ha advertido que las conversaciones serán «difíciles» y podrían durar mucho tiempo
Soldados ucranianos desconfían de las conversaciones entre Putin y Trump: «No ha habido ninguna acción visible»

La nueva ronda de conversaciones en Arabia Saudí entre representantes rusos y estadounidenses sobre el establecimiento de una tregua de 30 días en Ucrania continuó este lunes durante más de diez horas sin que se consiguiera por el momento acuerdos significativos, aunque la parte ... rusa dice estar satisfecha de la marcha de las negociaciones. En Riad permanece aún la delegación ucraniana con la intención de reunirse de nuevo este mismo lunes con la norteamericana, como ya hicieron el domingo, y escuchar lo que se ha conseguido acordar con Rusia.
El senador y miembro del equipo de negociadores rusos, Grigori Karasin, dijo a la agencia rusa Interfax que «las consultas de expertos ruso-estadounidenses en Riad se están celebrando de forma creativa y a pleno rendimiento. Están teniendo lugar debates interesantes sobre cuestiones de gran actualidad». Karasin, que es jefe del Comité de Política Internacional del Consejo de la Federación (Cámara Alta del Parlamento ruso) avisó sin embargo que «no todas las negociaciones terminan necesariamente con documentos y acuerdos importantes. Antes, hay que mantener un contacto constante y comprender el punto de vista del otro».
El otro miembro de la delegación rusa es Serguéi Beseda, alto cargo del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, antiguo KGB). El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ya ha advertido que las conversaciones serán «difíciles» y podrían durar mucho tiempo. «Aún queda mucho trabajo por hacer a nivel técnico», declaró Peskov este lunes en su habitual comparecencia ante la prensa. En la misma línea se ha expresado la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, señalando que «se está trabajando en varias direcciones». La delegación estadounidense incluye al director de planificación del Departamento de Estado, Michael Anton, al emisario especial de la Casa Blanca, Keith Kellogg y al asesor de Seguridad Nacional, Mike Walz.
Los temas de discusión asociados al alto el fuego de 30 días, según Moscú y Washington, giran en torno al cese de las hostilidades en el mar Negro con la consiguiente reanudación de las exportaciones de grano por parte de Ucrania y Rusia y el final de los ataques contra puertos ucranianos, la espinosa cuestión territorial, el uso de la Central Nuclear de Zaporiyia, bajo el total control de Rusia en la actualidad, pero de cuya energía dependen amplias zonas de Ucrania, un intercambio masivo de prisioneros y las garantías de seguridad que deberá recibir Kiev en la perspectiva final de un acuerdo definitivo de paz.
Durante la conversación telefónica que mantuvieron el pasado 18 de marzo el presidente ruso, Vladímir Putin y su homólogo estadounidense, Donald Trump, el primero puso en duda la viabilidad de una tregua de 30 días en las actual situación y llamó a seguir negociando para concretar todos los aspectos que puedan resultar de complicada aplicación, como la verificación de alto el fuego en una línea de frente que, según Putin, tiene dos mil kilómetros de longitud.
Tregua parcial
Lo que sí aceptó Putin fue una moratoria de los ataques mutuos contra infraestructuras energéticas y el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, apoyó la iniciativa, aunque advirtió que hace falta elaborar los parámetros técnicos de ese alto el fuego parcial. Ahora, tanto Kiev como Moscú se acusan mutuamente de incumplimiento y se trataría de ir avanzando poco a poco en otros aspectos hasta que el Kremlin vea factible el cese de los enfrentamientos durante 30 días y ahí, según Peskov, la seguridad en el mar Negro sería el siguiente punto prioritario a consensuar.
El diario ruso en inglés 'The Moscow Times', citando fuentes anónimas de personas cercanas al Kremlin, sostiene que Putin «ha dado orden a los negociadores de llegar al fondo de cada coma» en los documentos que acuerden para «estirar» el máximo las conversaciones de paz. Según The Moscow Times, el presidente ruso «apuesta por prolongar lo más posible el proceso negociador para apoderarse de la mayor cantidad de territorio posible antes de un alto el fuego». «El tiempo está de nuestra parte ahora y trataremos de aprovecharlo al máximo», afirmó una de las fuentes del periódico ruso.
Otro de los consultados admitió que el Kremlin «espera que Washington haga la vista gorda ante los nuevos avances rusos en el campo de batalla o incluso presione a Kiev para que retire sus tropas por completo de las regiones ocupadas (…) Moscú pretende consolidar a cualquier precio el control sobre los territorios anexionados, ya que Putin no puede permitirse perderlos después de que su estatus fuera consagrado en la Constitución».
Por su parte, el politólogo ruso Alexánder Morózov, en declaraciones al canal de Telegram MO, estima que «el objetivo principal de Putin en las negociaciones es llevarlas a una situación en la que Estados Unidos termine poniendo fin al apoyo militar a Ucrania». Según Morózov, «las exigencias de Putin se reducen a tres puntos, de los cuales no se desviará bajo ninguna circunstancia: No a la expansión de la OTAN, desmilitarización de Ucrania y un nuevo Tratado de Seguridad para Europa».
El Ministerio de Defensa ruso acusó al Ejército ucraniano de atacar este lunes la estación de bombeo de petróleo de Kropótkinskaya en la región de Krasnodar a pesar del alto el fuego energético. Y Peskov aseguró poco después que «el presidente mantiene su orden de no bombardear el sector energético ucraniano, pero, por supuesto, estamos monitoreando la situación muy de cerca. Nuestros homólogos estadounidenses también tienen la capacidad de seguirla y sacar las conclusiones pertinentes».
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